lunes, 9 de noviembre de 2015

lluvia acidas



La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con los óxidos de nitrógeno, eldióxido de azufre y el trióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas, calderas de calefacción y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo que contengan azufre. En interacción con el agua de la lluvia, estos gases forman ácidos nítricos, ácido sulfuroso y ácido sulfúrico. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.

Los contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, siendo trasladados por los vientos cientos o miles de kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna, granizo, nieve, niebla o neblina. Cuando la precipitación se produce, puede provocar deterioro en el medio ambiente.

La lluvia normalmente presenta un pH de aproximadamente 5.65 (ligeramente ácido), debido a la presencia del CO2 atmosférico, que forma ácido carbónico, H2CO3. Se considera lluvia ácida si presenta un pH menor que 5 y puede alcanzar el pH del vinagre (pH 3), valores que se alcanzan cuando en el aire hay uno o más de los gases citados.

Formación de la lluvia ácida[editar]
Una gran parte del SO2 (dióxido de azufre) emitido a la atmósfera procede de la emisión natural que se produce por las erupciones volcánicas, que son fenómenos irregulares. Sin embargo, una de las fuentes de SO2 es la industria metalúrgica. El SO2 puede proceder también de otras fuentes, por ejemplo como el sulfuro de dimetilo, (CH3)2S, y otros derivados, o como sulfuro de hidrógeno, H2S. Estos compuestos se oxidan con el oxígeno atmosférico dando SO2. Finalmente el SO2 se oxida a SO3 (interviniendo en la reacción radicales hidroxilo y oxígeno) y este SO3 puede quedar disuelto en las gotas de lluvia, es el de las emisiones de SO2 en procesos de obtención de energía: el carbón, el petróleo y otros combustibles fósiles contienen azufre en unas cantidades variables (generalmente más del 1 %), y, debido a la combustión, el azufre se oxida a dióxido de azufre.S + O2 → SO2Los procesos industriales en los que se genera SO2, por ejemplo, son los de la industria metalúrgica. En la fase gaseosa el dióxido de azufre se oxida por reacción con el radical hidroxilo por una reacción intermolecular.SO2 + OH· → HOSO2 seguida por HOSO2· + O2 → H2O· + SO 3En presencia del agua atmosférica o sobre superficies húmedas, el trióxido de azufre (SO3) se convierte rápidamente en ácido sulfúrico H2SO4).SO3(g) + H2O (l) → H2SO4(l)

Otra fuente del óxido de azufre son las calderas de calefacción domésticas que usan combustibles que contiene azufre (ciertos tipos de carbón o gasóleo).
El NO se forma por reacción entre el oxígeno y el nitrógeno atmosféricos a alta temperatura.O2 + N2 → 2NO

Una de las fuentes más importantes es a partir de las reacciones producidas en los motores térmicos de los automóviles y aviones, donde se alcanzan temperaturas muy altas. Este NO se oxida con el oxígeno atmosférico,O2 + 2NO → 2NO2, y este 2NO2

y reacciona con el agua dando ácido nítrico (HNO3), que se disuelve en el agua.3NO2 + H2O → 2HNO3 + NO

Para evitar esta producción se usan en los automóviles con motor de gasolina, los catalizadores que disocian el óxido antes de emitirlo a la atmósfera. Los vehículos con motor diesel no pueden llevar catalizadores y por lo tanto, en este momento son los únicos que producen este gas.
Efectos de la lluvia ácida[editar]

La acidificación de las aguas de lagos, ríos y mares dificulta el desarrollo de vida acuática, lo que aumenta en gran medida la mortalidad de peces. Igualmente, afecta directamente a la vegetación, por lo que produce daños importantes en las zonas forestales, y acaba con los microorganismos fijadores de nitrógeno.

Una gárgola que ha sido dañada por la lluvia ácida.

El término "lluvia ácida" abarca la sedimentación tanto húmeda como seca de contaminantes ácidos que pueden producir el deterioro de la superficie de los materiales. Estos contaminantes que escapan a la atmósfera al quemarse carbón y otros componentes fósiles reaccionan con el agua y los oxidantes de la atmósfera y se transforman químicamente en ácido sulfúrico y nítrico. Los compuestos ácidos se precipitan entonces caen a la tierra en forma de lluvia, nieve o niebla, o pueden unirse a partículas secas y caer en forma de sedimentación seca.

La lluvia ácida por su carácter corrosivo, corroe las construcciones y las infraestructuras. Puede disolver, por ejemplo, el carbonato de calcio, CaCO3, y afectar de esta forma a los monumentos y edificaciones construidas con mármol o caliza.

Un efecto indirecto muy importante es que los protones, H+, procedentes de la lluvia ácida arrastran ciertos iones del suelo. Por ejemplo, cationes de hierro, calcio, aluminio, plomo o zinc. Como consecuencia, se produce un empobrecimiento en ciertos nutrientes esenciales y el denominado estrés en las plantas, que las hace más vulnerables a las plagas.

Los nitratos y sulfatos, sumados a los cationes lixiviados de los suelos, contribuyen a la eutrofización de ríos y lagos, embalses y regiones costeras, lo que deteriora sus condiciones ambientales naturales y afecta negativamente a su aprovechamiento.

Un estudio realizado en 2005 por Vincent Gauci1 de Open University, sugiere que cantidades relativamente pequeñas de sulfato presentes en la lluvia ácida tienen una fuerte influencia en la reducción de gas metano producido por metanógenos en áreas pantanosas, lo cual podría tener un impacto, aunque sea leve, en el efecto invernadero.2
Soluciones[editar]

Entre las medidas que se pueden tomar para reducir la emisión de los contaminantes precursores de éste problema tenemos las siguientes:
Reducir el nivel máximo de azufre en diferentes combustibles.
Trabajar en conjunto con las fuentes fijas de la industria para establecer disminuciones en la emisión de SOx y NOx, usando tecnologías para control de emisión de estos óxidos.
Impulsar el uso de gas natural en diversas industrias.
Introducir el convertidor catalítico de tres vías.
La conversión a gas en vehículos de empresas mercantiles y del gobierno.
Ampliación del sistema de transporte eléctrico.
Instalación de equipos de control en distintos establecimientos.
No agregar muchas sustancias químicas en los cultivos.
Adición de un compuesto alcalino en lagos y ríos para neutralizar el pH.
Control de las condiciones de combustión (temperatura, oxígeno, etc.).
Referencias[editar]

Volver arriba↑ Dr Vincent Gauci (en inglés), Centre for Earth, Planetary, Space & Astronomical Research, Open University, Reino Unido
Volver arriba↑ Gauci, Vincent; Dise, Nancy; Blake, Stephen (2005), Long-term suppression of wetland methane flux following a pulse of simulated acid rain (en inglés), en Geophysical research letters, Department of Earth Sciences, Open University, Milton Keynes, Reino Unido, vol. 32, L12804, doi:10.1029/2005GL022544
Enlaces externos[editar]
Lluvia Ácida: Veneno Caído del Cielo
Lluvia Ácida en Buenos Aires Argentina
Lluvia Ácida. Aspectos ambientales
Categorías:
Contaminación química
Precipitaciones
Química ambiental

domingo, 8 de noviembre de 2015

dia internacional de la constitucion



EN EL DIA DE LA CONSTITUCION

Constitución del 6 de Noviembre de 1844 expresó claramente que la independencia proclamada el 27 de Febrero no fue una simple separación de Haití sino el alumbramiento de la República Dominicana



El día 6 es el día de la Constitución puesto que fue un 6 de noviembre del año 1844 que en la ciudad de San Cristóbal se firmó la primera Constitución de la República, consumando así la formación de la República Dominicana como una nación libre e independiente.

La Constitución del 6 de noviembre del año 1844 vino a despejar toda duda o medias tintas respecto a si lo del 27 de febrero del 1844 fue una simple separación del yugo haitiano o si en verdad fue una formal declaración de la independencia y alumbramiento a la vida de la República Dominicana.

Si juzgamos toda institución, acto y acción por su función histórico-social, no cabe duda de que las fuerzas que trataron de mediatizar y congelar como un simple acto separatista lo del 27 de Febrero que se simboliza con lo de “El Trabucazo de Mella”, fracasaron y, en efecto, visto y juzgado por su consecuencia y función histórico-social, que fue el alumbramiento de la primera Constitución como nación para la República Dominicana, es indudable entonces, que lo del 27 de Febrero fue la declaración de la independencia nacional y no un simple acto separatista, como intermedio, puente o receso para buscar un nuevo amo recolonizador.

Quienes insisten en circunscribir lo del 27 de Febrero a una simple declaración separatista, con su intento sólo ponen de manifiesto su estrechez de mira prohijado por una mentalidad escolástica y metafísica, además de anti-dialéctica, que esconde el espíritu lacayo y amante del coloniaje de sus sustentadores, no importa el disfraz con que quieran encubrirse. Esto por un lado, puesto que del otro lado de la moneda, está el marcado espíritu fatalista y pesimista que persiguen abonar y difundir los que no cesan en su empeño en echar lodo sobre la continuidad que a todas luces caracteriza la lucha, a todo lo largo y ancho de la historia nacional, por la formación de la nacionalidad dominicana, que cuaja en la nación, hoy de nuevo amenazada con ser destruida por los recolonizadores y reanexionistas, representados por los agentes neoliberales de CONEP, AIRD, ANJE y las otras organizaciones patronales, que predominan en las direcciones de los tres corrup-PRD, corrup-PRSC y corrup-PLD, así como se confirma en la condición de agentes de los consorcios monopolistas recolonizadores, títeres, lacayos de éstos e irresponsables ante la nación y el pueblo, de Rafael Hipólito Mejía y Leonel Fernández y ni qué decir del payaso Eduardo Estrella.

Los continuadores de los esfuerzos por la formación y consolidación de la nación dominicana libre y soberana frente a los designios colonialistas e imperialistas de toda potencia extranjera, abogamos por un Estado moderno, basado en una Constitución moderna, donde cada dominicano tenga garantizado el derecho inalienable y, por lo tanto, sin que nadie tenga derecho a despojarlo de disfrutar, igual que los demás dominicanos, de las riquezas y bienes nacionales.

El día 6 de noviembre de este año debió ser celebrado por todos los dominicanos como un día de máximo regocijo, solemnidad y reflexión. Sin embargo, el 6 de noviembre del 2003 se conmemoró como un día cualquiera, lo que no es más que una comprobación del menosprecio e irrespeto de las autoridades de marcado carácter antinacional, títere y lacayo de los poderes extranjeros, hacia los esfuerzos por la formación de la nación que han llevado a cabo, generación tras generación de dominicanos, quienes no han vacilado en abonar no sólo con todo tipo de sacrificios, sino hasta con su sangre el árbol de la causa nacional.

Contrasta esta infame actitud de las autoridades del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo y del Poder Judicial y sus correspondientes órganos y en particular de las FF.AA.-P.N., con la forma obsequiosa y hasta infame en que se muestran para declarar día de fiesta nacional cualquier fecha en que la Iglesia Católica festeja una de sus santísimas supercherías y su primitiva idolatría salvaje como el de Las Mercedes, la Virgen de la Altagracia, Corpus Cristo, Jueves Santo, Viernes, Sábado Santo y cuchumil disparates más.

Y no sólo que se declara el día festivo, o sea de fiesta, por tales supersticiosos motivos, sino que son hasta capaces de llegar al colmo de cortar una semana mitad a mitad, con un día no laborable un miércoles, un martes o un jueves. Esa superchería y hechicería vulgar y barata es muestra fehaciente no sólo del oscurantismo imperante, sino del carácter reaccionario y recalcitrante opuesto a la modernización y a la elevación cultural y civilizada del país, la nación y la sociedad dominicanos.

Honremos pues, destacando todas estas lacras predominantes que obstruyen la construcción de un país dotado de una moderna y avanzada Constitución, como homenaje merecido a la fecha en que se aprobó la primera Constitución de la nación dominicana y todo lo que esto significa en la brega, que continuará hasta lograr la meta, por la formación de un país para todos los dominicanos.



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